jueves, 26 de noviembre de 2009

VII EXPOSICION MINIATURAS MILITARES.

El viernes 27 a las 20,00h en el Centro Cultural Pablo Picasso de Torremolinos, tendrá lugar la inuguración de la VII Exposición de Miniaturas y Maquetas Históricas exposición en la que participo con algunas de mis figuras. Quedais todos invitados al evento, en el que se disparará una réplica de un cañón napoleónico y ...habrá una representación de recreadores históricos vestidos de época. Pueden ir niños.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Haciendo de Jack el Destripador

Bueno, pues seguimos con el Oficial del Regimiento 1º de Caballeria LIgera Polaca, que si todo va bien, será mi contribución en el Homenaje a Dionisio alvarez Cueto.
He decidido por cuestiones de acople y montaje. Me explico:
Hay un refrán que dice, "Zapatero...a tus masillas" (¿o era a tus Zapatos?...), bueno el caso es que para ujsar las masillas ya está en Gran Guardini y tantos otros, y como hay otro refrán que dice "Si no sabes, todo el monte no es orégano" (¿o era "¿pa que te metes"?), da igual, lo cierto es que comencé a preparar el jinete, y el caballo, con la idea, como ya comenté de cambiar este último...peeeero, y aqui vienen una vez más mis "altercados con las minis" no había calculado que la abertura de piernas del colega, junto al diámetro de la grupa del jaco, y eso añadido a la silla y manta, hacían absolutamente imposible el cambio, así que...ala, a empezar de nuevo con el caballo.
Pero como hay otro refrán que dice "no hay mal, que no solucione un modelista" (¿o era "que por bien no venga?"), bueno, pués volví al caballo original de la pieza de Andrea, y empecé a darle vueltas al tema a ver como podía solucionar con el menor daño posible el tema de la pata derecha....
Y hay que ver que hay refranes para todo, aquél de "quién tiene un amigo...seguro que le va a pedir un favor" (¿o era "tiene un tesoro"?), pues eso, que me acordé del maestro de la ingeniería miniaturesca y maquetística, el "Q" de James Bond aplicado a nuestro Hobby, José Manuel Clavero, y ala, José Manuel, a ver si puedes cortar por aqui y por allí, y bueno, el resultado ha sido el que veis en la foto, preparado para meterle mano con los detalles (ya sabeis, limas, lijas, cutter, pegamentos, etc.) Desde aquí, Gracias José Manuel.
Pero bueno, mejor os dejo las fotos del proceso:






domingo, 8 de noviembre de 2009

CAPITULO 13
(Puedes leer la historia desde el principio en la etiqueta "Historia de una historia inconclusa que concluye)
Los franceses caían de manera continuada bajo el intenso fuego de mosquetería que venía desde cada apostamiento detras de cada arbusto, de cada roca.
Las vistosas formaciones que en otros campos de batalla habían sido implacables en su avance, allí estaban siendo obstaculizadas por el terreno y por la dispersión de fuerzas españolas, de superior entidad, lo que hacía practicamente insostenible un ataque eficaz.
Era la Guardia Imperial, infantería de la Guardia Imperial, la imbatida Guardia Imperial. Martín no la veía de esa manera, los franceses intentaban mantener las formaciones pero les resultaba practicamente imposible, y una vez tras otras se veían obligados a replegarse, por cada metro que avanzaban, las fuerzas guerrilleras les hacían retroceder sobre los cadaverés de sus propios compañeros.
-¡Curro!-llamó Martín, al tiempo que le señalaba con el arcabuz-¡esos gabachos intentan subir por aquel sendero
Martín había visto como un grupo de unos veinte fusileros trataban de ascender por el lado derecho de su posición, abriéndose paso a duras penas por el escarpado terreno, sin embargo, el fuego permanente de los españoles bien apostados, hacien practicamente imposible el avance.
-¡Descuida, los he visto y está protegido!-¡maldito señoritingo!-exclamó Curro.
A la derecha de los fusileros y ante los infructuosos intentos de estos de avanzar, surgió un grupo de jinetes, que intentaba apoyar a los primeros en su avance.
- ¡Ese gabacho no va a volver a fumar!-mientras apuntaba a un alto oficial francés de pelliza verde llena de alamares dorados y engominado mostacho, que desde su caballo, ricamente enjaetado y fumando en una pipa de espuma alentaba el ataque al frente de un escuadrón de Cazadores a Caballo.
El disparó erró el blanco, dando contra un árbol, y haciendo saltar astillas, lo que provocó que el caballo se encabritara y a punto estuvo de hacer rodar por tierra el jinete, quién, aprestándose al cuello del jaco, perdió la pipa e hizo volver grupas hacia el lugar de donde había venido el disparo, al tiempo que desenvainaba su espada.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Esto fué amistad y sosiego y lo demás tontería...

EL MAMELUCO Y LA SOLEDAD DEL HUSAR
Comentaba el otro día en la sección "Castañas Pilongas" que la película "Mamma Mía" era una prueba de amor hacia una chica (en concreto, la mía), pues bien, he aquí otra "prueba", en este caso de amistad y sosiego hacia un amigo que tuvo lugar hace unos años.
Un amigo, hace unos años, me comentó que habiendo visto las miniaturas de un servidor, estaba pensando en escribir una novela, cuyo personaje principal era aficionado a pintar figuras en miniatura, y para ello me pidió que le explicara el proceso de montaje y pintura.
Para ello, vino un día a casa, y uno, que es imprudente por naturaleza, cometió la "locura" de abrir la vitrina donde tenía mi colección. Como cualquier observador que se precie (como ya sabemos los que nos dedicamos a esto...), fué abrir la vitrina y las manos de mi amigo, como atraidas por un proceso irrefrenable, se fueron hacia las figuras, cogiéndolas, y haciendo que a este que suscribe, se le fueran y se le vinieran sudores y demás descomposiciones de cuerpo y mente...
Fué pasando el tiempo, y la tarde, y así explicándole como se pintaban , fueron saliendo de las vitrinas varias figuras, entres las que estaba esta que os presento, un Mameluco. Con el tiempo, servidor, se fué tranquilizando, al ver que las fugras seguían bien (y eso pese a los esfuerzos de mi amigo que seguía cogiéndolas como el que coge fruta en el mercado para probarla).

Llegó la hora de la despedida y comencé a guardar las figuras nuevamente en la vitrina, pero quedó una...el mameluco. No sé exáctamente en que momento, por qué, o cómo, pero mi amigo, que hasta entonces había jugado con la muerte sin saberlo, finalmente se decidió a dar el paso nefasto...Al recoger las llaves de encima de la mesa, y junto con una carpeta, enganchó a saber con qué las llaves, y la carpeta al mameluco, el cuál sin pensánserlo dos veces alzó un vuelo absolutamente descontrolado a una distancia de mettro y medio sobre la mesa, y cual Darth Maul vencio por Obi Wan , cayó nuevamente partido en dos piezas a la altura de la cintura, al tiempo que se desparramaban piostola, arcabuz, espada y demás útiles, al contacto con el tablero...

Yo no sé exactamente la cara que puse (eso lo vió mi amigo), pero si alguién estuvo a punto de morir esa misma tarde, fué mi amigo. Contrariamente, "compuse" como pude el gesto, "Nada, no te preocupes, no pasa nada...estas cosas...ocurren.." (y luego salen en los períodicos en la página de sucesos "inexplicablemente dos amigos se pelean y uno es encontrado con una silla incrustada en la cabeza", pensé yo).

Pero no, no pasó nada,

Al cabo del tiempo, el Mameluco, a base de cianocrilato, pintura, paciencia y vástagos de metal, se "restableció" de sus "heridas". Años después, paseando por la Feria del Libro de Málaga, ví un título que me atrajo la atención por "familiar" y por lo familiar de la fotografia de la portada, el libro se titulaba "La Soledad del Húsar", el autor, José -Pepe- Melero Martín, quién pocos días después me llamaba para invitarme a la presentación del libro, a la que acudí gustoso, y en la que pasamos todos los asistentes un rato francamente divertido, cuando Pepe contó la anécdota del Mameluco.

lunes, 2 de noviembre de 2009

CAPITULO 13
(puedes leer la historia desde el principio en la etiqueta de este Blog "Historia de una historia incompleta que concluye)

Henry logró a duras penas tomar su cabalgadura, asustada por el repentino ruido, y junto con otros tres cazadores puso rumbo, como pudo hacia el río, buscando ponerse a salvo. Cuatro más le siguieron a pocos metros instantes después.
Edmond se dirigió a los establos, y al tiempo que intentaba llegar a su montura, una sombra, profiriendo un grito de muerte, se avalanzó sobre él. Sin apenas mirar, y fajado en combates cuerpo a cuerpo, disparó a bocajarro haciendo blanco.

A sus pies, como un saco, cayó la mujer que hacía pocos minutos aún estaba sirviéndoles bebida y comida, su camisola blanca ahora estaba cubierta de una mancha de color oscuro aún humeante por la quemazón de la pólvora que poco a poco se volvía carmesí...Mercier apenas la miró, sin embargo, los ojos sin vida de aquella mujer se clavaron en los suyos, y de repente, en aquellos ojos, como un sortilegio volvieron a aparecer los de aquél muchacho...aquella noche...aquella maldita noche de Mayo...en Madrid...

Los disparos de arcabuz se oían a sus espaldas cuando picó espuelas detrás del resto de sus hombres hacia el bosque, para cruzar el río.

Había que informar.La emboscada en aquél lugar podía ser sencillamente una escaramuza, pero después de lo que hasta entonces había visto en estas tierras, y con la rapidez que se movían los españoles y el conocimiento del terreno, también podían ocultar un fuerte contigente de aquellos malditos civiles,... "guerrilleros" se llamaban a ellos mismos, que podrían frustar los planes del Emperador, y que después de apenas seis meses de campaña, habían conseguido aterrorizar los corazones de las más altivas tropas de la Gran Armée por su crueldad y fiereza...

No sabía cuantas bajas había sufrido su pelotón pero había visto caer al menos a dos de sus hombres y en la lejanía, al volver la cabeza pudo observar como aquellos partisanos se avalanzaban sobre un tercero que apenas había podido subir a su montura, derribándolo del caballo, y haciendo rodar por tierra a jinete y jaco...

La cara le hervía, y al mismo tiempo la sentía húmeda, posiblemente sería la humedad de su propia sangre, o quizás de la salpicada de aquella mujer resbalando por su cara, pero ahora no había tiempo, ahora solo era tiempo de poner terreno de por medio y salvar la vida...más tarde, informaría sobre lo sucedido...

Oficial de Cazadores a Caballo de la Guardia Imperial. España 1808

Como decía en el post/entrada en el que iniciaba la historia del Teniente Mercier, este personaje me vino a la mente mientras desarrollaba un breve paso a paso en el foro de la Web Galeria de Autor. Allí fuí desarrollando el proceso de pintura de la figura que se observa en la cabecera de mi Blog, y al mismo tiempo la historia de Mercier y de Martín, historia que he ido ampliando ahora.

Personalmente creo que la historia quedaría "coja" si no la escribo en paralelo al proceso de pintura, así que aqui iré introduciendo dicho proceso, empezando por el caballo.
El animal, dado su tamaño (la escala es 90mm), tras un primera pintada a óleo en tonos bayo claro, y absolutamente "espantado" por el resultado, decidí al cabo de los meses empezar de nuevo, imprimando la pieza con aerógrafo y dándole un tono oscuro totalmente distinto, empleando negros, marrones oscuros, marrones chocolate y una gama de rojizos y marrones dorados, para las primeras luces. Todo el proceso general de luces y sombras ha sido dado con aerógrafo, empleando el pincel para la cara, ojos, y detalles de venas en patas, así como los lunares sobre la capa en la grupa, realizados con aguadas muy controladas con marrones claros.