- ¡Mercier! ¿que te ocurre? - El teniente Henry le ofrecía una pipa desde el desvencijado umbral de la casa que ambos habían "requisado" como lugar de hospedaje - ¿Otra vez ese maldito español? -le interrogó con gesto irónico conociendo de antemano la respuesta- olvídate de él, seguramente no era más que otro asesino de soldados franceses...estará bien al lugar donde le mandaron...¡al infierno! ¿sabes? corren rumores de que el mismísimo Emperador va a viajar a España...
Edmond dedicó una cansada mirada a su compañero, aquella guerra, aquél país, aquella gente, eran distintos, pero aquel chico seguía reprochándole su propio asesinato...
A la vista de la situación, el Emperador se había puesto al frente de su ejército, y Edmond se había incorporado al Cuarto ejército de Lefebre y conforme le habían ordenado, se disponía a ponerse a las ordenes de Daumesnil incorporado al resto de la Guardia Imperial, bajos las ordenes directas y personales del mismísimo Napoleón quién, marchaba una vez más junto a la Gran Armee, en dirección a Madrid. El primer bastión a destruir era lo poco que quedaba organizado aún del ejército regular español entre Burgos y la capital, y hacía allí se dirigían.
- ¡Teniente! ¿Mercier? ¿no? - quién le hablaba era un oficial de alto rango que le miraba con altanería desde su caballo - ¿Teniente Mercier?
- ¡Señor! -contestó Edmond incorprándose y llevándose la mano derecha al frente del colbac.
- Deberá incorporarse con el resto de sus hombres al resto del Regimiento de los Cazadores de la Guardia, y permanecerá junto al Emperador hasta nuestra entrada en Madrid, la derrota de esos malditos españoles en Burgos, nos ha dejado el camino abierto, pero el Emperador no debe correr peligro en este crucial momento.
Otra gloriosa victoria para el Emperador, pero como venía ocurriendo, -pensó Edmond-, esas victorias venían acompañadas de los excesos del ejército francés, y en Gamonal, el acuchillamiento de los españoles en desbandada, resultó una auténtica masacre...la cara de aquél joven en Madrid volvía a la cabeza de Edmond...


Recientemente había tenido información de que las tropas de Dupont se dirigían al sur para intentar rescatar lo que quedaba de las tripulaciones de la armada francesa derrotada años atrás en Trafalgar, y que ahora eran rehenes de sus propios aliados en los pontones prisión en los que sus propios barcos se habían convertido en el puerto de Cádiz...
Aquel día de mediados de agosto el sol había caído de justicia, por lo que Martín había decidido hacer un alto y pasar la noche al abrigo de las rocas que quedaban al lado del pequeño riachuelo en el que se había refrescado. -¡Alto, ¿Quién va?! - La voz resuelta y amenazante, surgió por encima de su cabeza, detrás de un grupo de peñas en la semioscuridad...Martín no supo que decir inicialmente puesto que no sabía quién le interpelaba, si bien se tranquilizó algo al no reconocer el acento gabacho.
- Si, el General Reding, el suizo, ¿no era Gobernador de Málaga? ¿No te has enterado? Estamos ganando la guerra, hemos derrotado a los franchutes en Bailen hace unas semanas...y Pepe ha salido corriendo de Madrid, aunque no se como reaccionará el gabacho, se han hecho fuertes después de lo de Medina al norte de Madrid...ese maldito Bessieres.






El teniente Mercier acababa de recibir órdenes directas, al igual que en Madrid, debía cargar con su escuadrón de Chasseaurs a Cheval de la Garde para poder abrir camino a la infantería, pero esta vez, la sangre le hervía, aquella vez no era como en Madrid, aquella vez, sería una carga que costaría muchas vidas entre sus hombres.Edmond no entendía la sinrazón de aquella orden. Se le había dicho que era una orden directa del propio Emperador, sin embargo en aquella carga no reconocía al genio de la estrategia militar. Era una carga suicida, contra todas las leyes de la lógica de la caballería, era una carga de la que no sabía si volvería...
Aquél 6 de mayo de 1.808, cuando Rocío, su mujer le contó lo que se hablaba en el mercado acerca de lo ocurrido jornadas antes en Madrid, fué el día que cambió el rumbo de su vida....habían pasado algo más de seis meses desde entonces, ahora simplemente estaba esperando...